Imagen costesia Prensa Presidencial |
Es increíble, me lo digo a mi
misma, como es posible que tenía que sentir este profundo dolor, para romper
con el miedo de escribir; días después de la trascendencia de mi amado comandante (el otro es el Che), Hugo
Rafael Chávez Frías, aun comprendiendo la necesidad que tenía su alma de
abandonar ese cuerpo, que tan enfermo estaba, no dejo de estar profundamente
triste, no hay nada que me consuele.