Imagen costesia Prensa Presidencial |
Es increíble, me lo digo a mi
misma, como es posible que tenía que sentir este profundo dolor, para romper
con el miedo de escribir; días después de la trascendencia de mi amado comandante (el otro es el Che), Hugo
Rafael Chávez Frías, aun comprendiendo la necesidad que tenía su alma de
abandonar ese cuerpo, que tan enfermo estaba, no dejo de estar profundamente
triste, no hay nada que me consuele.
Sepan todos, que la lealtad al comandante es mi razón de vida, votaré
por Nicolás Maduro Moros, esa fue la orden, pero decreto ante el universo que
mi único Presidente, fue, es y será, por el resto de mi vida, el comandante en
Jefe Hugo Rafael Chávez Frías, los o las
que vienen son vicepresidentes, porque ya, el proyecto de país, de la patria
bolivariana, revolucionaria y
socialista, está planificada, proyectada, diseñada por el gran líder, Chávez.
Pero no sólo me aqueja el sentirme huérfana, por la trascendencia de mi líder, mi
consejero, la representación del amor verdadero, Hugo Chávez, sino también ver
en venezolanos (no se si vale llamarlos así) la miseria humana más degradante y
rastrera; aquí en el Hotel VENETUR Margarita (antiguo Hilton, comprado por el
gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías), aquel día martes 5 de marzo, al saber
la noticia del fallecimiento del comandante, trabajadores del hotel, huéspedes
y quienes tienen arrendados los locales por una suma, nada capitalista, celebraron la noticia como si se trataba del
triunfo de Venezuela en un juego de fútbol.
Que desgracia para ellos, la vida les cobrará por donde más les duele,
no es mi deseo, es la ley de causa y efecto inmediato, que vivimos en esta era,
son seres vivos, simplemente, no son humanos, yo los llamo los irrecuperables.
Escuché con preocupación decir, que cuando llevaban los restos del
comandante Chávez desde el Hospital Militar hasta la Academia Militar, se
acercaron algunos personeros de la oposición a darle el pésame a Nicolás Maduro
y algunos ministros, que hipócritas, no creo en esas condolencias, ni en las
condolencias de gobiernos, presidentes y delegaciones, que durante 14 años
mantuvieron ataques permanentes contra el líder revolucionario, contra nuestro
país, contra nuestro pueblo.
Ahora, sin la presencia física del comandante, nos toca asumir la
responsabilidad de nuestra vida, nuestra patria, nuestro destino; las cartas
están en la mesa, radicalizar, profundizar, eternizar la revolución
bolivariana, esa es la orden; HASTA SIEMPRE AMADO COMANDANTE CHÁVEZ.
Adlemi Coromoto Martín Acosta
11/03/13
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