IMAGEN PRENSA PRESIDENCIAL |
Por: Yohan Ramírez
En el año 2004 el Comandante Fidel Castro en un discurso pronunciado en el aula magna de la Universidad de la Habana nos instruía como un padre amoroso pero responsable y honesto, “la revolución es reversible, pero no es el enemigo estratégico o sus aliados nacionales los que podrían hacerla reversible, somos nosotros mismos los revolucionarios y revolucionarias los que daríamos reversa al proceso histórico revolucionario sino hacemos lo que nos
corresponde hacer día a día” (parafraseando). Nuestro Comandante Supremo y líder de la Revolución Bolivariana nos planteaba en su última proclama “tenemos Patria, que nadie se equivoque; tenemos pueblo, que nadie se equivoque”. A diferencia de nuestro libertador el gran Simón, nuestro Comandante Supremo bajo al sepulcro sin fiebres corporales y espirituales, sin tristezas en el corazón desolado, sin patria ausente, sin pueblo engañado, tristemente descrito por el Gabo en el laberinto infernal del general. Nuestro Comandante se hizo eterno y gigante pero no por el recuerdo de un pueblo crédulo de la ponzoña traicionera, no, se hizo magnánimo por la conciencia de un pueblo vivo, libre y soberano, se hizo inmortal por el latir de una patria socialista naciente que aturde el oído oscuro de la anti patria, de los herederos de aquellos quienes llevaron la daga contra el General Bolívar y su pueblo.
El momento obliga a tener presentes estas dos enseñanzas pues si es verdad que nuestro Líder eterno nos dejo el mejor de los regalos, el legado más preciado, la patria; también es cierto que el edificio no está culminado y no bastara una vida para culminarlo. La concreción de la patria soñada es una labor tan emancipadora como profunda y extensa y solo será una realidad en la medida de que el pueblo en su plenitud sea dueño de los poderes esenciales para conquistar la libertad absoluta, para coronar la gloria.
El poder del conocimiento: un pueblo culto constructor de valores socialistas, un pueblo de principios humanitarios que reconozca su pacha mama y la consienta, un pueblo tecnológica y científicamente desarrollado de manera equilibrada y en armonia con la madre tierra. El pueblo de llaneros, andinos, costeños, indígenas, hermanados en el conocimiento. El pueblo de Bolívar y Chávez.
El poder político: la grandeza de un pueblo organizado, dueño único de su soberanía y militante activo de la participación popular. Un pueblo en permanente subversión contra la injusticia y eterno defensor de su herencia histórica y su Estado de leyes. El constituyente nacionalista, bolivariano y chavista.
El poder económico: la muerte del sistema genocida del capitalismo es una imperiosa necesidad y una de las orientaciones más insistentes de nuestro Comandante Supremo, el nacimiento de un modelo justo, de un modelo productivo socialmente equitativo, humano; un modelo en el que la explotación del hombre sea una página borrada, en el que los recursos naturales sean del pueblo y para el pueblo. Un modelo en el que la solidaridad no tenga frontera de naciones. El modelo socialista que no es más que el pueblo productor.
El llamado es para todos entonces, la patria que tenemos requiere de mujeres y hombres prestos a seguir construyéndola, a seguir dando el todo por el todo. A la oligarquía y su jefe macabro el imperialismo solo le reiteramos nuestra máxima, QUE NADIE SE EQUIVOQUE!!! Los hijos de Chávez jamás traicionaremos su legado, construiremos la patria socialista.
Hoy mas que nunca Chávez vive, la lucha sigue…
25/03/2013
En el año 2004 el Comandante Fidel Castro en un discurso pronunciado en el aula magna de la Universidad de la Habana nos instruía como un padre amoroso pero responsable y honesto, “la revolución es reversible, pero no es el enemigo estratégico o sus aliados nacionales los que podrían hacerla reversible, somos nosotros mismos los revolucionarios y revolucionarias los que daríamos reversa al proceso histórico revolucionario sino hacemos lo que nos
corresponde hacer día a día” (parafraseando). Nuestro Comandante Supremo y líder de la Revolución Bolivariana nos planteaba en su última proclama “tenemos Patria, que nadie se equivoque; tenemos pueblo, que nadie se equivoque”. A diferencia de nuestro libertador el gran Simón, nuestro Comandante Supremo bajo al sepulcro sin fiebres corporales y espirituales, sin tristezas en el corazón desolado, sin patria ausente, sin pueblo engañado, tristemente descrito por el Gabo en el laberinto infernal del general. Nuestro Comandante se hizo eterno y gigante pero no por el recuerdo de un pueblo crédulo de la ponzoña traicionera, no, se hizo magnánimo por la conciencia de un pueblo vivo, libre y soberano, se hizo inmortal por el latir de una patria socialista naciente que aturde el oído oscuro de la anti patria, de los herederos de aquellos quienes llevaron la daga contra el General Bolívar y su pueblo.
El momento obliga a tener presentes estas dos enseñanzas pues si es verdad que nuestro Líder eterno nos dejo el mejor de los regalos, el legado más preciado, la patria; también es cierto que el edificio no está culminado y no bastara una vida para culminarlo. La concreción de la patria soñada es una labor tan emancipadora como profunda y extensa y solo será una realidad en la medida de que el pueblo en su plenitud sea dueño de los poderes esenciales para conquistar la libertad absoluta, para coronar la gloria.
El poder del conocimiento: un pueblo culto constructor de valores socialistas, un pueblo de principios humanitarios que reconozca su pacha mama y la consienta, un pueblo tecnológica y científicamente desarrollado de manera equilibrada y en armonia con la madre tierra. El pueblo de llaneros, andinos, costeños, indígenas, hermanados en el conocimiento. El pueblo de Bolívar y Chávez.
El poder político: la grandeza de un pueblo organizado, dueño único de su soberanía y militante activo de la participación popular. Un pueblo en permanente subversión contra la injusticia y eterno defensor de su herencia histórica y su Estado de leyes. El constituyente nacionalista, bolivariano y chavista.
El poder económico: la muerte del sistema genocida del capitalismo es una imperiosa necesidad y una de las orientaciones más insistentes de nuestro Comandante Supremo, el nacimiento de un modelo justo, de un modelo productivo socialmente equitativo, humano; un modelo en el que la explotación del hombre sea una página borrada, en el que los recursos naturales sean del pueblo y para el pueblo. Un modelo en el que la solidaridad no tenga frontera de naciones. El modelo socialista que no es más que el pueblo productor.
El llamado es para todos entonces, la patria que tenemos requiere de mujeres y hombres prestos a seguir construyéndola, a seguir dando el todo por el todo. A la oligarquía y su jefe macabro el imperialismo solo le reiteramos nuestra máxima, QUE NADIE SE EQUIVOQUE!!! Los hijos de Chávez jamás traicionaremos su legado, construiremos la patria socialista.
Hoy mas que nunca Chávez vive, la lucha sigue…
25/03/2013
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