Es evidente que vivimos una atmósfera
de cocción de un golpe de estado, que
recuerda, en nuestra referencia inmediata, aquellos días violentos de Abril del
2002. Sin embargo, se esconde otro golpe menos evidente, tal vez menos
"violento", pero que busca el
mismo fin, el asalto definitivo de la burguesía al poder político y económico
de nuestro país, para recuperar así la hegemonía que como clase habían
sostenido por siglos.
Tras la escalada fascista, que ya
cobra varios compañeros muertos y destrozos por todo el país, impulsada
irresponsablemente por el vocero del sionismo, el
A pesar de que las encuestas, que han demostrado ser científicamente
exactas, daban ganador a Maduro con una razonable diferencia de votos,
habíamos percibido que existía la posibilidad cierta de que el candidato
burgués se alzara con el gobierno, dando inicio a una sangrienta
represión contra el movimiento revolucionario bolivariano chavista.